La coherencia y la compra responsable

Estos días de muchas hora de luz en el hemisferio norte dan mucho juego para estar más tiempo en la calle, en las terrarzas, caminar y observar. Esta actividad de mirar los comportamientos de la gente me deleita, porque siempre tengo presente que gente también soy yo y que es muy probable que lo que veo en otras personas pueda ser que yo también lo haga. Total, es que he estado mirando a la gente caminar y entrar en distintas tiendas, una vez dentro se pasa al dilema de comprar o no comprar. ¿Qué provoca que se entre a una tienda o a otra? y una vez dentro ¿qué se mueve al elegir un producto u otro? las respuestas son multiples, de este tema publicistas o investigadores de mercado pueden escribir interminables posts.

Hace ya una década cambiamos de siglo y si estos cambios de alguna manera, por muy sutil que sea, significan evolución, creo que tendríamos que ser consumidores muy exigentes con los productos que tenemos por delante. Esto implica mucho, esto tiene que ver con que no sólo nos debería mover el precio en absolutamente todo lo que compremos, hay otras variables que nos deberíamos cuestionar, preguntar, intentar informarnos, en definitiva, saber lo que más podamos sobre qué compramos.

Evidentemente, lo primero que yo humildemente recomendaría es preguntarnos de verdad si aquello que estoy a punto de comprar de verdad lo necesito, me hace sentir bien, me beneficia en algo. Luego me parece importante saber algo aunque sea muy ínfimo de la empresa donde compro, qué me transmiten, cómo los percibo. Tendríamos que mirar con mucho más frecuencia las etiquetas o los empaques y preguntarnos y por qué no investigar qué hace, por ejemplo, una empresa de España o de UK o de USA fabricando sus productos en Bangladesh o El Salvador.

Muchas veces nos quejamos de las injusticias en los trabajos, que los altos cargos tienen sueldos infinitamente superiores a los que no lo son, que las horas extras no son pagadas como deberían, que el mobiliario es decadente, que nos controlan en demasía, etc. Sin embargo si estas situaciones son vividas por otras personas al otro lado del mundo, en muchas ocasiones no nos importan en absoluto y vamos allá, no nos interesan sus causas y además apoyamos con nuestra compra a que todo siga siendo igual.

Creo que viene bien reflexionar a dónde va a para nuestro dinero y a cambio de qué estamos comprando en un sitio o en otro. Un poco de coherencia y compra responsable nos viniera bien a tod@s. Al menos intentémoslo.

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